SOLEMNE CELEBRACIÓN
DE LA FESTIVIDAD DE NUESTRA MADRE SANTA CLARA, EN NUESTRO MOMASTERIO DE LA
CIUDAD DE LOS ALMIRANTES
Hemos celebrado con
toda solemnidad, la Festividad de nuestra madre santa Clara en nuestro
Monasterio de Medina de Rioseco. Con este fin, hemos organizado una novena a la que han asistido no solo todos
los miembros de la Comunidad religiosa, sino también un buen número de
feligreses y devotos de nuestra Madre y en la que, el coro de la Comunidad, ha
intervenido con la interpretación de canciones franciscano- clarianas que la
han enriquecido y sonorizado. Esta novena ha estado preparada con meticulosidad, se ha
desarrollado en un ambiente de silencio y
de emotiva religiosidad y,
durante la misma, la iglesia siempre se
ha encontrado engalanada con ramos de hermosas flores blanca,
El día en que
celebramos la solemnidad de nuestra Madre, el 11 de agosto, la Eucaristía se
celebró a las 19 horas y en la misma concelebraron: como celebrante principal y
predicador, D. Jesús Mª García Gañán,
que es párroco de La Seca, Rodilana y Serrada y es, también, colaborador asiduo
de Radio María; y , como concelebrantes: D. Juan Carlos Fraile San Miguel,
párroco de la Ciudad de los Almirantes; el
religioso Franciscano Conventual, Fr.
Bernardino Román Martín, confesor y conferenciante de la Comunidad; el
Superior de la Comunidad de los Jesuitas de Villagarcia de Campos acompañado
por dos religiosos más de la misma comunidad; el sacerdote castrense D. Acacio
Turiño Morillo, gran conocido y amigo de la comunidad; y el sacerdote D.
Sebastián Aldavero García, párroco de Becilla, Villavicencio de los Caballeros,
Urones, y Castroponce de Valderaduey; y como diácono, D. Jose Manuel González
González, que ha venido actuando como ayudante del párroco durante el último
año.
El predicador pronunció una homilía
muy sentida y hermosa y que estaba muy bien preparada. El Coro de la Comunidad
interpretó y deleitó con el canto la Misa de Angelis y de una serie de
canciones franciscamo-clariana, La iglesia conventual se encontraba llena de fieles y devotos de
nuestra Madre. En el coro alto se encontraba
toda la Comunidad de religiosas clarisas. Y el Excelentísimo Sr Alcalde
y el teniente de alcalde de la Ciudad de los Almirantes, se encontraban en
representación del Excelentísimo Ayuntamiento. La Eucaristía se escuchó en un
ambiente de un profundo de silencio
religioso, que solamente se rompió
solamente por la plegarias rezadas y cantadas que se interpretaron durante la
misma.
Una vez finalizada la Eucaristía se
expuso el Santísimo en la Custodia y se cantó el Pange lingua y, a
continuación, se inició la Solemne Procesión que recorrió todo el jardín
exterior del Monasterio donde se habían colocado dos altares, en los que se
hizo la estación correspondiente. A esta procesión asistieron: el celebrante
principal portando la custodia bajo palio y acompañado por los restantes
sacerdotes concelebrantes; todos los feligreses que habían asistido a la
Eucaristía y, en la misma, también se encontraba la Imagen de nuestra Madre
santa Clara portada en andas por devotos. Durante la misma, reinó un emotivo
silencio religioso y continuamente se fueron cantando, por parte de todos los
asistentes, canciones eucarísticas populares. Fue algo digno de ser visto.
Una vez finalizado el recorrido de
la procesión, nuevamente se ingresó en el templo y, al llegar al altar, se
canto el tantum ergo, se incensó la custodia y se dio la bendición con el
Santísimo y luego se dio a besar la reliquia de nuestra Madre Santa Clara a
todos los asistentes. Antes de iniciarse el multitudinario beso de la reliquia,
el religioso Fray Bernardino, invitó a todos los asistentes para que, una vez
finalizado este, todos acudieran a las mesas que las religiosas habían mandado
preparar en el jardín exterior del monasterio para que pudieran participar en
el fraterno ágape que ellas habían confeccionado con amor, cariño y
esmero, y he de manifestar que,
obedeciendo a la invitación formulada, todos asistieron al mismo y, durante su celebración, los comentarios
eran unánimes sobre lo bien que lo habían pasado y lo maravillosamente que
había resultado todo.
Que nuestra Madre santa Clara a
todos nos bendiga y proteja, conceda santas y buenas vocaciones a nuestro
Monasterio y nos ayude para que el próximo año podamos realizar una nueva
representación de lo que hemos vivido
este año.
La comunidad
de Hermanas Clarisas, humilde cronista del acto.
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